Rodeada de un mar tranquilo que le baña las costas, Cuba se muestra como la isla seductora que un día emergió ante un navegante genovés ávido por hallar tesoros evocados. Sus encantos varían como sus verdes, se hace ciudad y naturaleza; se hace baile y acordes sensuales; se ofrece despierta y tierna, con olor a frutas y sabor a ron. Mostrando ciudadades coloniales, una magnífica naturalez, fondos marinos atractivos, una cultura polifacética, y habitantes que se desdoblan en ilustres anfitriones de los buenos amigos, Cuba se revela al mundo dadivosa y confiada en un hallazgo oportuno. Ésta no es solamente otra isla a donde escaparse para unas vacaciones. Ésta es Cuba, singular y auténtica.